jueves, 6 de junio de 2013

MARAVILLAS DEL MUNDO

              Chindas, vamos a pasear por alguna de esas “maravillas” plasmadas por el hombre y que recrean nuestros sentidos al contemplarlas.
Hoy
            Para darlas un color especial vamos a  “encontrar” en cada una el paralelismo con  la belleza de la sonrisa reflejada en un rostro femenino.
            Si nos detenemos en los Jardines de Versalles, como esbozo de esa similitud, nuestros ojos se llenan se inundan de plenitud, de recreo, de admiración en ese espacio de libertad, de gozo espontáneo. Observa el rictus de los labios cuando la sonrisa aflora y compara emociones.
            Sigamos visitando lugares de ensueño y, haciendo en el vuelo giros de cometa, posemos nuestra mirada en el Castillo de Neuschwantein de Alemania, lugar idílico, de una arquitectura neogótica verdaderamente fantástica y con un entorno paradisíaco que lleva a experimentar el placer a cotas altísimas. En la delicadeza de sus formas encontramos el equivalente en la expresión bellísima de la sonrisa de la mujer.
            Con el entusiasmo que nos proporciona viajar nos acercamos a Moscú, escala obligada para admirar un ejemplo más de la inteligencia puesta al servicio de la humanidad: El Kremlin. Frente al río Moscova su reflejo ahonda en la grandiosidad; sus fortificaciones se aúnan en nuestro paralelismo con la fortaleza de espíritu del temple hermoso de la mujer que sonríe.
            Un ejemplo más de espectacular belleza es el Mausoleo de Taj Mahal  en la India. Construido por amor, el hechizo que desprende anonada. Dicen que “la sonoridad del interior es triste y misteriosa como un eco que suena y resuena y nunca se detiene”. Otra similitud encontrada en el rostro enigmático que refleja el espejo de la vida interior a quien nos referimos.
            Sin pretender cansar a mi perro con tantos cambios de escenario le doy unas palmaditas en el lomo prometiéndole acabar pronto mientras trato de infundirle alegría.
            Recalamos en Jordania para admirar la Ciudad de Petra. Excavada y esculpida en piedra. Magnífico tesoro de la antigüedad. Olor a incienso. Una vez más vuelvo la mirada a esa imagen de rostro  iluminado en leve mueca de comprensión y dulzura.
            No podemos terminar este artículo sin mencionar a La Mona Lisa de discutido, analizado y contemplado retrato. Enigmático semblante que refleja todo el sentimiento que el espectador de la obra quiera añadirle. Pero una vez más proclamamos que nada hay tan “maravilloso” en la criatura humana y sobretodo en la faz de una mujer que portar en su vida la grandiosidad de una sonrisa.

            Decía Ghandi “ la vida es como un espejo: si sonríes, el espejo te devuelve la sonrisa.”

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