Cuando el cielo se nubla y
sentimos frío en el ambiente, buscamos refugio y las manos se frotan de
bienestar. Gozo junto al radiador, la gloria o la chimenea. Aceleramos el ritmo
de nuestras vidas buscando cómo paliar la temperatura exterior, cómo sonreír al
Eolo furibundo que resopla sin piedad intentando entrar en nuestras casas y
adueñarse del ambiente interior. Con cierta superioridad le damos esquinazo
mirándole cara a cara a través del cristal de la ventana.
Una
y otra vez nos adentramos en el tumultuoso devenir del otoño-invierno incitados
por la pantalla que acapara parte del ocio e inunda de futuras redenciones
nuestra ya dolida esperanza.
Gira el mundo entre tinieblas y gritos,
desencantados al ser envueltos por la luz de lontananza que dejó de brillar.
Cayó la sombra e hirió mi mano, palideció mi rostro y tizna de hollín el aire.
Una
pregunta alborota mi mente dudosa, ¿"queremos" realmente avanzar en
línea recta o la utopía zigzaguea entre los escombros buscando sostener los
pocos cimientos que nos quedan? Alabo sin rubor a estos valientes adalides de
la ilusión, a pesar de que el viento de la duda pretenda dejar a la intemperie
su sana intención de lavar la colada nacional. Tal vez sus manos, movidas por
su excepcional cabeza, han experimentado el apretón del saludo sin intereses y
por ello sus ojos están mirando al futuro con el optimismo de los recién
operados de cataratas y todo su esfuerzo espera ser el bálsamo que alivia.
Valientes
gotas de lluvia que quitar quieren las grietas de la tierra. Espejismo del
resurgir gozoso sin orillas, dolos ni rojos horizontes. Madrugadas con aliento
mentolado y atardeceres trasparentes y diáfanos, nueva galería de bienestar
cálido.
Vuelvo al interrogante ¿"queremos" ser
espejo o más bien avestruces?. Reflexión cotidiana, privada, llena de madurez y
sosegada confianza. El aura del tiempo sonreirá al alba.
NOTA. El retraso en la publicación del artículo de Chindas, no es achacable ni a él ni a sus dueños. Es culpa del encargado de subirlo al blog y de los fallos informáticos. Perdón por el mismo.
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