Mi querido Chindas:
Hoy
vamos a recrear el paladar con una bandeja de turrón; sí, ya se que tú lo
tienes prohibido, pero como eres inteligente te imaginas que es de jamón,
¿vale?
Plateado
está el soporte de este dulce navideño; oropeles envuelven a los amigos que
acompañan el festejo: frutas escarchadas, abombonadas, peladillas blancas cual
copos de nieve escapados del alféizar de la ventana y sabores exquisitos de las
variedades de turrón, configuran un delicioso panorama en la mesa. Fuera, en la
calle, hay adornos y luces que brillan incitando a la alegría paseando del
brazo de la música. Villancicos de infancia atrasada siguen dejando caer sus
notas, como cada año, en las orejas de niños y mayores traspasando la lana de
los gorros que del frío protegen, hasta llegar al corazón del recuerdo de la
población envejecida a la vez que estimula la inocente mirada de los pequeños.
Se
aproximan días especiales, este año ya sabes que hay elecciones nacionales y
para muchos la Navidad tendrá un sentido nuevo: triunfo se llama. Sin duda el
partido ganador, tendrá esa bandeja preparada llena de frutos y dulces para
obsequiarnos a todos, con la buena voluntad de alegrarnos estas fiestas. Si es
así, esperamos que en la distancia nos llegue alguna de sus promesas con sabor
a esperanza y no envuelvan sus compromisos con la baratija que distrae o
disimula, haciéndonos caer en una desilusionada realidad.
Ya
sabes, querido Chindas, no hay que confundir el oro con el oropel, o el mismo
con la pirita bien conocida también como el oro de los pobres. El domingo día
20 sonará adelantado el sorteo, no de la lotería que a unos arruina y a otros
enriquece, sino de las manos que guiarán el país. Las dos opciones, como en el
juego, pueden hacer nuestra economía mejor o peor. Tú lo tienes fácil porque no
tienes que votar y con tal de que tu bandeja de "jamón" esté a tu
alcance te da igual quién te la ponga delante, pero, ¿y si te la enseñan y
después te ponen un plato con estopa?.
Vamos
a ser optimistas y que el embrujo de estas fiestas nos vista de caramelo y
risas, de unión familiar y entrañable generosidad. Todo lo que es nuevo empieza
siendo pequeño para crecer en el seno de la concordia, abrazando el futuro con
el horizonte lleno de luz para todos.
En
mi próxima carta ya te contaré como han ido las cosas, mientras, ladra a la
luna si asoma alguno de sus cuernos en estos días o al gato que tanta tirria
tienes y la fortuna nos visitará.
Bandeja de turrón con sabor a placer y goloseo, deleite
del paladar que calambrea por dentro; especial Navidad con aroma de incienso.
Como siempre, con cariño, tu ama.
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