Con furia inusitada el mar lanza sus olas sobre la tierra.
Una espuma blanca lame la arena dejando en ella la mala baba del alquitrán que
se balanceaba al ritmo prepotente del océano.
Relucen las rocas tras esa lamida larga del agua, deteniendo
el paso hacia el interior. Fortaleza de esperanza para el humano devenir del
profundo sueño de la armonía.
Espuma blanca, engañosa suavidad que atrapa la confianza de
quienes pretenden seguirla. Brilló la luz entre los nubarrones y aunque éstos
se afanan en deteriorar su imagen, en poseer las mentes más débiles y acumular
en las sombras su futuro de poder, seguirán siendo voces discordantes carentes
de fuerza.
Arenas mecidas y rechazadas a la vez por la siguiente oleada.
Sosegada, de momento, queda la playa tras la tormenta, aunque subyace la
incertidumbre, el próximo golpe de espuma blanca puede deshacer por completo
los castillos que dejaron olvidados los niños en ella.
Horizonte convaleciente, con esfuerzo y sin él, el ataque del
agua a la tierra siempre estará en la mente de quienes la componen. El cielo
azul desde lo alto, mira la inmensidad y la fuerza del embravecido mar. Busca
éste cómo anular las risas del verano, cómo aliarse con los dioses que la
sociedad adora y levantar sus gigantes brazos hasta pretender que zozobre la
barca y le rinda culto.
Historia de historias llena, de universal ambición y olvido,
de derrotas y triunfos, de sensatez y venganzas soterradas. Ganar porque la voz
nos acompaña y el cansancio hace mella en los votantes, es un camino pedregoso
lleno de penitentes por el arrepentimiento del voto.
España y EEUU han barajado sus cartas, apretones de manos al
ganador y palmadas en la espalda. Todo un lujo de cara a la pantalla y tal el
cristal que les separa está la prudencia y el poder económico. Rabietas con
pronósticos malolientes para unos, lágrimas de mujer al otro lado.
Frente al equilibrio, la seriedad y serenidad de un
candidato, aparecen los detractores. Debilidad en las filas, sueños de venganza
en retaguardia. Allende los mares es una mujer con arrestos y categoría
femenina la que asume su derrota. Ha triunfado la ordinariez y el dinero. Rocas
abruptas se reflejan en el espejo del agua. De nuevo la historia nos contará
los secretos de todas las elecciones.
Amigo Chindas, volveremos a recrearnos con el poemario que
los hechos nos deparan.
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