jueves, 24 de noviembre de 2016

IMÁGENES DE HOY

Nace la luz y por nuestras retinas desfilan cientos de imágenes. Ojos amaneciendo con la mirada limpia se enfrentan a un nuevo día para captar cuanto acontece en diferentes formas y colores.

Estampas de risas plasmadas junto a la alameda; imágenes superpuestas en letras de molde, en audiovisuales con fogonazos de luz azulada. Lágrimas de despedida, voces rayadas por la emoción del acontecimiento. Párpados soportando pestañas húmedas. Visión oscilante; montañas con nieve blanca y briznas de maleza en los copos que soportan pisadas agresivas. Silencio.

Música acompañando a lo eterno. Evoluciona el perfil del luto sentido o apenado frente al indiferente pasaje de la distancia emotiva. Miradas soslayadas desde el sillón de la casa a la pantalla que da la noticia, flores vistiendo la escena.

Espejo roto de mujer que glorió su tierra, que luchó y reforzó esperanzas. Pedazos de luna reflejando las grietas de una vida entregada en esta tierra de gratitud e ingratitud,  porque no hay plenitud sin tropiezos superados, sin latidos atropellados.

Carácter para reír, luchar, obtener, sufrir. Arropando soledad al llegar la noche, piensa en seguir dándose al día siguiente. Así día tras día, entre amigos y detractores, camina una existencia de donación permanente. Agasajos que hieren los pies entre palmadas de felicitación en los hombros y saetas del reloj detenidas por los demás. ¡Cuántas horas planificando ayudas!

Llegó el error, agrandado por la lupa del cansancio de los que miran la misma imagen durante años como ese obstáculo que les impide llegar a un destino deseado. Atrás queda el aplauso, la petición sonriente, la disponibilidad si se consigue el favor, piedra en la mano.

Sumida en ese rincón de la vida, la inesperada muerte la visita. Lucha inacabada, pliegos archivados de los pros y los contras. Fuerza y debilidad unidas en el sentir colectivo.

Vuelve el pintor de la escena a detallar aspectos de la masiva despedida, espectáculo de sentimientos encontrados, ramos de flores multicolores que se marchitarán a su lado.


¡Adiós mujer!, como mujer siento la herida que llevas contigo. La debilidad es parte del mundo, sin justificar nunca llegará a la altura de la bondad y el esfuerzo entregado a los demás. Huellas embarradas, pero huellas.

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