Embutidos en recuerdos
históricos, mi querido Chindas, vamos a dedicar nuestros pensamientos escritos
a este día 23 de abril.
Día de la Comunidad y Día del Libro = Libertad.
Si
los próceres hablaron dando sus vidas en pro de la dignidad castellana, su
salida de la indigencia a la que el imperialismo sometía, es justo rememorar su
hazaña dando vencimiento a la derrota.
Páginas
de historia llenas de dolor, libro escrito batallando, derramando sangre. Furia
prepotente que sacrificó generaciones de débiles niños, madres abrazando y
ancianos de ojos llorosos. Padres con el corazón lleno de deseos de justicia y
paz, luchando por el bien común de Castilla y su dignidad como españoles.
Avasalladoras huestes con ansias de poder absoluto pisotearon los campos y la
vida. Presente sin futuro para campesinos sencillos.
Rebeldía del
hambre y los harapos,
trono vencido por
la locura.
Ansiedad malsana
del poder dominante,
lucha ciega de
espadas y caballos.
Campos vestidos de
sangre y esperanzas,
casas en ruinas
convertidas.
Llanto, mucho
llanto, inundando el suelo;
despojos de vidas
mirando al cielo.
Siglos han pasado de esta guerra castellana; vencida
la libertad, las tierras vuelven a resurgir en sus cosechas con la herida
abierta de la derrota. Llaga cerrada por la igualdad posterior, por la
superación y la cultura. El suelo de Villalar (Valladolid) sostiene festiva
danza de gratitud. Sin colores por ideal político, los homenajes a aquellos
líderes se suceden. Bandera regional en un asta anclada llama a la unidad y la
concordia. El paño morado del recuerdo ondea hermanando. Ganaron la batalla,
hoy se ve, siendo derrotados.
El
Libro, en manos ávidas de su lectura, recrea el paladar con su mensaje, borra
soledades y aúna pensamientos de plácida convivencia. La ambición nunca
superará a la justicia.
Nota.- Por causas ajenas a Chindas, e imputables al encargado de la publicación en la web, esta entrada se publica con un día de retraso. Perdonen nuestros lectores.
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