Asomada al balcón de la primavera, amigo Chindas, oteo el horizonte con sus lomas azules del atardecer y los eólicos dando vueltas replicando al aire. Árboles blancos aparecen en esa lontananza que se ve plagada de modernos gigantes de pie estático y brazos embelesados en su danza. Desperdigados por los campos o cauces fluviales, los árboles vegetales comienzan a adquirir el color verde que emana de su ser como rayo de sol al amanecer. Alegría y juventud en sus hojas brillantes.
Correteando, una liebre casi se adentra en la carretera a nuestro paso y asustada por el claxon desanda su camino tornando a los ribazos protectores. El ambiente cerca del pueblo empieza a oler a vacaciones, a visitas, a vida nueva. Las ventanas comienzan a abrirse y por la calles se oyen balones y voces de niños. Primavera tejiendo y matizando la convivencia de estos días.
Paralela al despertar de las flores está esta semana llamada "santa". Triduo de recuerdos de dolor, de injusticia, de mensajes, de promesas de salvación. Jueves Santo, última Cena; traición y cobardía de “amigos”... Viernes Santo, gritos de la plebe que olvidó los favores recibidos, gotas de sangre señalando el camino pedregoso de la indiferencia para muchos, de la esperanza para otros. Sábado, soledad de madre herida por la ignominia del pueblo hacia el ser de sus entrañas, que sólo intentó hacer el bien.
Primavera rodeando con las flores abiertas y coloristas aquél final clavado que ocultó la claridad del día. Vacaciones de ocio, de hedonismo, de desinterés y apatía para "ateos" en tiempos de benevolencia. Eólicos que rulan buscando respirar con ansiedad y su semblante permanece blanco tirando a gris. Al otro lado de los altozanos, el valle aparece cual partitura en crescendo, de sonidos de rezos y cánticos de fe, llenando de flores las andas y vibrando de sentimientos que van más allá de la infantil enseñanza recibida. Madurez de reflexión adulta y don llegado al alma sin mérito alguno.
Pasada la semana, la Resurrección volverá a airear las alas de los pájaros, a besar el rocío los botones de las plantas y a colorear a las mariposas. Festivos momentos de amistad recobrada con los convecinos y sueños de aleluyas. Esplendor redoblado en sones de felicidad, Pascua deseada a todos nuestros lectores.
El acoso escolar, es cosa de todos
Hace 8 años
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