Campos verdes
prometiendo espigas
al lado,
eriales ocres y amarillos.
Trabajo de
patchwork,
colcha de
retazos arados cubriendo los sueños.
Posesión
poseída de la mirada,
separando con
altozanos el horizonte.
Arroyos siendo
arterias de vida,
matorrales
apuntando yemas rosáceas,
flores
blancas de almendros y frutales.
Verde
esperanza en el suelo
¡alfombrando!
Respirar
agotando el oxígeno del universo,
llenando de
plenitud el alma.
Perdices
alzando el vuelo a tu carrera,
liebre
cruzando entre ambos.
Un árbol
solitario otea el paisaje,
las hierbas
son sayas tapando sus raíces.
Gorjeos
besando una a una,
las
florecillas silvestres.
Romance de
soles y gotas de rocío,
amanecen
juntos abrazados.
Sedoso
panorama de quietud y calma,
nubecillas
jugando a lágrimas y besos.
Oídos atentos
al tararear del futuro,
cánticos
esperanzados de cosecha
de cereales y
vinos.
Chindas,
amigo mío, éstas son las miradas que te entrego en este paseo nuestro. Acelera
tus patas y goza un rato más de tu libertad diaria en el campo. ¡Guauuuu...! Y
mientras él se aleja a la velocidad de sus deseos miro su pelo suave dejándose
mecer por el viento y cayendo mis ojos en el agua del Canal una añoranza se
hace onda plateada.
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