martes, 29 de marzo de 2016

SEMANA CON ALTAVOZ

Atrás quedaron los redobles de tambores que anunciaban el espectáculo religioso que recorría las calles, silencio y oración de fieles entremezclado con la expectación de los “turistas” del arte y las tradiciones.Días de ocio que masifica pueblos y ciudades; escenario proclive para los fanáticos que se inmolan proclamando la grandeza de su dios, llenando de sangre, dolor e incertidumbre a la sociedad. Calles, alfombras recogidas por las carreras, los atropellos de la huida, el temor, la angustia y las lágrimas.
Accidentes que adelantan la siega mutilando las espigas apenas iniciada su juventud verde esperanza. Hechos voluntarios de masacres o involuntarios de la prisa, de las carreteras que acercan a la playa, la montaña, los pueblos. Salidas para el gozo que se transforman en luto. Fanatismos de acelerada carrera por conseguir objetivos, rompiendo el horizonte de la convivencia
Semana con voces que dañan los tímpanos de la sociedad, de las familias, de la vida. Bandera ondeando al viento su clamor de libertad, roja y negra. Sangre y dolor. Paz amenazada por la ambición de los promotores de guerras, salidas masivas de ciudadanos golpeados por la negligencia y el despotismo de sus gobernantes, o esa otra cruzada que aniquila la mente hasta la inmolación, que arrastra tras de sí a inocentes víctimas de sus alucinaciones. Toda religión que no lleve en su escudo el símbolo de la paz y la unidad es falacia que esconde su intención de dominio absoluto.
Primavera con lluvia y frío asomando su rostro entre flores marchitas y velas encendidas. Ecos de campanas que lloran sobre el pañuelo blanco del aire.
Semana con altavoz que acentúa la alarma, que grita educación, que desvela los secretos del silencio anodino de la indiferencia ante hechos como los vividos porque directamente no nos afectan.
Campos resurgiendo, regados por las manos idas y soleados por el sentir unánime de la unidad, el respeto y la solidaridad. Flores silvestres aromando, recónditos oasis que a ras de suelo gritan el renacer de la belleza y la esperanza de vivir en paz. Manos blancas acompañando la libertad.



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