jueves, 1 de marzo de 2018

Toda opinión ¿merece respeto?

Forges,1979

Mi socio y yo nos apreciamos, nos respetamos, pero el que tengamos que respetar nuestros respectivos puntos de vista es otro cantar.

No puedo aceptar la manifestación de la necesidad de que yo salga al campo con bozal.

Por eso que nos hemos enfrascado en este asunto: ¿es correcto el deber de respetar las opiniones ajenas?

Y nuestra reflexión es que no. A veces es conveniente enfrentarse a ellas si se creen equivocadas y con más razón si parecen dañinas.

Ninguna opinión tiene ningún derecho, ni siquiera al respeto.

Los sujetos de derecho son siempre las personas que pueden pensar libremente y expresarlo.

Es cierto que algunos opinan que hay que ser tolerantes con las opiniones ajenas. No debe ser así, en una sociedad moderna y democrática es deseable que las personas manifiesten con claridad qué ideas creen equivocadas, parciales o no fundamentadas.

Como decíamos, las ideas no tienen derechos, sólo los tienen las personas que pueden acertar o equivocarse, que pueden expresar y también repensar y rectificar.

Esto es un principio no sólo de tolerancia sino de convivencia.

Hay que convivir con el vecino de los mil líos en las juntas vecinales, con el compañero de trabajo de pensamiento individualista, con el político de las mil caras, pero no por ello debemos respetar sus opiniones.

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